Al utilizar los aceites esenciales para mejorar estados de ánimo o superar barreras internas, hay que tener en cuenta no solamente la acción terapéutica de cada uno de ellos, sino también otros elementos. Toda la historia personal, los propios gustos y recuerdos tienen mucho que ver en la elección...
Hasta el aroma terapéuticamente más útil puede fracasar a nivel emocional si resulta desagradable.
Para elegir los aromas más adecuados para cada persona se deben tener en cuenta cuatro factores clave:
1.- Propiedades del aroma
2.- Historia personal: los aromas son sellos que generalmente quedan gravados en la memoria de manera indeleble. Si existe algún tipo de conexión fuerte con un recuerdo del pasado, esto puede acentuar o, por el contrario, ser adverso a las propieades terapéuticas del aroma.
3.- Agrado y comodidad al sentir la fragancia: es fundamental que el aroma sea del gusto de la persona que lo va a usar. El uso de los aromas debe ser siempre un placer y no una obligación. Además, la sensación de agrado y placer que produce un determinado perfume ayuda a que el cuerpo genere endorfinas, sustancias que mejoran el humor y estimulan las defensas.
4.- Costumbres cotidianas: de la misma manera que el aroma debe resultar agradable, también debe ser oportuno. Existen muchas maneras de llevar los aromas a la vida diaria. Habrá quienes prefieran el hornillo, otros elegirán el masaje, o simplemente un gel de baño perfumado. Por otro lado se debe tener en cuenta los horarios en los que se va a utilizar cada producto aromático. Por ejemplo, no se utilizan los mismos productos para las personas que toman su baño a la mañana que para las que prefieren tomarlo por la noche.
Fuente: Aromas del Alma - Artes y usos de los aceites esenciales
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