Arbol proveniente de Oceanía, donde se encuentran cientos de subespecies.
Sus raíces, por su rápido crecimiento, requieren mucha agua, por eso se plantaban eucaliptos en las zonas pantanosas afectadas por la malaria, para drenar y curar los suelos.
Las abuelas ponían ramas de eucalipto en las estufas para curar los resfríos. Esto no es casual, basta olerlo para percibir su cualidad descongestiva.
Sin embargo, esta no es su única función. El eucalipto es un poderoso antiséptico que desinfectará el aire evitando contagios.
Recomendaciones:
1.- Ante los primeros síntomas de resfrío, perfumar con eucalipto la almohada y los pañuelos.
2.- Los baños de inmersión con 5 gotas de aceite esencial de Eucalipto disuelto en aceite vehicular proporcionan un rápido alivio y ayudan a bajar la fiebre.
3.- Si tenés tos, podés masajear el pecho con aceite para masajes de eucalipto o con un bálsamo de eucalipto.
Productos recomendados:
Bálsamo de eucalipto
Aceite para masajes de eucalipto
Baño de espuma de eucalipto
Perfumador textil de eucalipto
Jabón líquido humectante de eucalipto y limón
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